I.
Revista

viernes, 12 de noviembre de 2010

CARLOS EDMUNDO DE ORY, IN MEMORIAM


No perteneció a ninguna capilla literaria, fue un rebelde e iconoclasta, hasta el final de sus días. Quizás por ese amor entrañable a la poesía y su renuencia, a caer en la farándula del mercado editorial, es que no se la haya otorgado el Premio Cervantes, que tanto se merecía, o recientemente el Premio Reina Sofía, el cual perdió en el dictamen por un voto. Así que no vengan ahora a rasgarse las vestiduras, y aparezcan repentinas viudas literarias por su muerte. Se le valoro, pero a medias, con envidia, con recelo, como si diera vergüenza decir en voz alta, que era el más grande poeta español, desde Federico García Lorca.

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