I.
Revista

jueves, 23 de julio de 2020

Que veinte años no es nada

Echando la vista atrás, los años transcurridos habitan una suerte de costurero en que, junto a los hilos y agujas que servirán para enhebrarlos, puede hallarse algún recuerdo aislado o alguna retahíla de vivencias alojadas en el mismo cuarto de atrás donde realizamos esa labor. Nadie que haya leído a Carmen Martín Gaite puede pasar por alto la imagen de la literatura como oficio que entusiasma tanto a quien lo practica como a quien lo recibe. Ninguna costurera confecciona una prenda de vestir para guardarla en un armario, al igual que ningún sastre arregla traje alguno sin que su objetivo último sea que alguien pueda lucirlo y le siente bien. No es casualidad que compartan procedencia léxica texto y tejido.

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